Todo lo que posees cuenta cosas de ti, tus posesiones son un mar de información, mejores que cualquier programa de noticias o el periódico.
Pero los objetos son elitistas, hablan en clave, y solo los que saben observar entienden su mensaje. Si pudiéramos aprender ese código, todo sería más sencillo. Entenderíamos que cada persona es un universo y que sus distintas actitudes no tienen nada que ver con nosotros, sino con su historia personal, y su forma de lidiar con ella. Sin embargo, en estos días solo nos importamos nosotros mismos, lo demás pasan a segundo plano.
Otra vez preguntan que tienen que ver esta sarta de palabrerías con el dibujo, bueno, pues mucho, al dibujar contamos historias, y esas historias están enriquecidas por los objetos que las rodean. La relación del ser humano con los objetos lo ha perseguido toda su vida, y entre mas pasa el tiempo, más dependientes nos hacemos de los objetos que están alrededor, por lo tanto se vuelven parte de nuestra vida, parte de nuestra persona. Digamos que una extensión de nosotros.
Otra vez preguntan que tienen que ver esta sarta de palabrerías con el dibujo, bueno, pues mucho, al dibujar contamos historias, y esas historias están enriquecidas por los objetos que las rodean. La relación del ser humano con los objetos lo ha perseguido toda su vida, y entre mas pasa el tiempo, más dependientes nos hacemos de los objetos que están alrededor, por lo tanto se vuelven parte de nuestra vida, parte de nuestra persona. Digamos que una extensión de nosotros.
Y esas extensiones adquieren rasgos característicos. Dos celulares, el mismo modelo, mismo color, idénticos pues, Después de dos meses con su dueño respectivo adquieren rasgos que aun colocando a los dos modelos juntos, cada dueño sabría cual es el suyo. A menos claro, que los dueños sean muy parecidos entre si, ahí habría un problema, también se parecerán los celulares. Hagan la prueba.
Cada libro, cada objeto llego a nuestras manos por alguna razón, y esa razón cuenta una historia para nosotros. Imaginen que universos tan complejos y llenos de vida podemos crear si comenzamos a observar a nuestro alrededor, en vez de ir como caballos con tapadera en los ojos sin ver nada más que el camino. Claro que van a haber personas que solo lean el comic y no presten atención a los detalles, pero si nos ponemos a pensar en ellos, y comenzamos a decirnos “no lo notaran”, es el comienzo del fin para la creatividad personal.
¿Es posible decir como es una persona, cuáles son sus manías, como ve la vida, con solo ver un objeto de su posesión? Por supuesto. Pero a la hora de crear un universo, el proceso es al revés. Idealmente ya tenemos a nuestros personajes desarrollados, sabemos cuáles son sus deseos, sus miedos, etc.… es a partir de su carácter que vamos materializando objetos y que su recamara se va formando y se va llenando de cosas. Muebles, que tipo de muebles compraría este personaje, ¿con que libros llenaría su biblioteca? ¿Qué le interesa? ¿Lee siquiera? ¿Es ordenado, obsesivo, o es un desastre en la limpieza?
Es lo que amo de hacer comics, la imaginación y el arte creativo se liberan de una manera deliciosa; al dibujar, comienzas a preguntarte cosas sobre esos seres que creaste y sobre ti mismo, sobre amigos, familiares, y de pronto, solo está la hoja y tú. No existe nada más. Entras en una especie de trance y de pronto te encuentras a ti mismo co-creando con el personaje que creaste.
Suena esquizofrénico, lo sé. Pero antes de juzgar sepan que está comprobado que neurológicamente, el dibujar activa y desactiva las mismas partes del cerebro que la meditación o el trance. ¿Cómo les quedo el ojo? jeje
Es lo que amo de hacer comics, la imaginación y el arte creativo se liberan de una manera deliciosa; al dibujar, comienzas a preguntarte cosas sobre esos seres que creaste y sobre ti mismo, sobre amigos, familiares, y de pronto, solo está la hoja y tú. No existe nada más. Entras en una especie de trance y de pronto te encuentras a ti mismo co-creando con el personaje que creaste.
Suena esquizofrénico, lo sé. Pero antes de juzgar sepan que está comprobado que neurológicamente, el dibujar activa y desactiva las mismas partes del cerebro que la meditación o el trance. ¿Cómo les quedo el ojo? jeje
Para poder contar historias hay que salir, hay que ver, hay que escuchar, respirar la vida que está a nuestro alrededor, dejar que toda esa energía entre en nuestros poros, volvernos cada objeto y cada persona, imaginar que es lo que ven y como lo ven, que sienten.
Un objeto es testigo de muchos eventos, discusiones, decepciones, alegrías y sufrimiento, y todo eso, se queda en el objeto. Observen y verán que es verdad. De los comiqueros, casi nadie gusta de hacer objetos, porque dicen que es aburrido. Es cuestión de saber sentir para demostrar que un objeto puede ser tan poético como cualquier otro personaje. O que la vida corriente y cotidiana está llena de magia y de historias maravillosas o trágicas que son dignas de contarse.
De verdad, abran los ojos, estén alertas y aprenderán el idioma críptico de los objetos, verán que sus historias se llenan de infinitas posibilidades y se vuelven más comprensibles, con mas sustancia y significado. Y repito, no solo me refiero a comics. ¡Hasta la próxima!
3 comentarios:
Ramon, de vdd me encanta tu pasion hacia el dibujo... En este capitulo en especial concuerdo contigo... Yo tambien soy muy fijada en los objetos de las personas, y creo que hablan por si mismos. Por ejemplo, mientras leia pensaba en mis tennis jeje en mis gafas para sol, tantas cosas que gritan 'GERYYY' y creo que asi es con todos.
Yo la vdd (y tu lo sabes) no soy muy lectora de comics, pero me encanta ver todos esos pequeños detalles en las pelis, en las obras, en fin...
clap clap por los objetos!!!
Así es mi estimadísimo y muy querido Monchesco. Creo que la fuerza del dibujo no necesariamente radica en el buen trazo del ejecutor o en las atinadas tintas y colores con los que se viste. El alma de todo gran dibujo radica en reflejar lo mejor posible la realidad cotidiana y ésta se conforma por los pequeños detalles, objetos materiales a los que nosotros les tomamos algún valor sentimental, arrugas en la ropa, una agujeta desabrochada o un auto con una leve abolladura que no tenga nada que ver con la trama del comic. Eso hace grande a cualquier ilustración. Nada como darle alma a las cosas. El día que vea que a Catwoman se le marca un poco de celulitis en el gluteo (poco, normal, nada exagerado) o note que a Batman le salió un barro entre la página 15 y 18, ese día celebraré el gran criterio y visión del atrevido ilustrador.
Buenas noches des de Barcelona, una de las puertas del Mediterraneo.
He llegado hasta este blog, dando un paseo por la red por que hay un tema que me planteo de un timepo hacia aqui. La energía de los objetos.
Me he dado cuenta que cuando pienso en un objeto determinado el cual necesito en un instante determinado, y no se donde esta antes de ponerme a buscar de golpe giro la cabeza o combio la mirada de posición y lo miro fijamente. Como si me hubiera llamado para decirme !estoy aquí! ,o como si hubiera captado su energia... o él la mía.
Aquí lo dejo.
Enhorabuena por el blog, te seguiré a partir de ahora. La cración mueve el mundo, el alma , la vida ,,,
Una abrazo y hasta pronto
Joan
Publicar un comentario