MANOS, ANATOMÍA APARTE

Si bien al hablar de anatomía, lo políticamente correcto sería empezar por el cuerpo humano… …las manos van a ser el tema de hoy.
La razón es simple, quiero dejar bien claro que las manos son anatomía aparte. Así como el lenguaje corporal y las expresiones faciales nos dicen si alguien tiene miedo o está nervioso o contento, así también las manos pueden revelar mucho de la persona, por más que esta trate de ocultar sus emociones.

La anatomía del cuerpo es difícil de aprender, y podrán estar seguros que hablare de ella más adelante, sin embargo, las manos suelen ser el dolor de cabeza de la mayoría de nosotros los dibujantes en general. Siempre, en nuestros inicios, y de repente ya siendo profesionales, lo que tiende a fallar son las manos. Por eso algunos comiqueros siempre optan por dibujar manos cerradas, ya saben, puños, demostrando que su personaje es rudo. La realidad, es que no tienen tiempo de batallar con manos.
GRAVE ERROR.
El contar una historia no solo se trata de la anécdota, de decir, ah, Juan cruzo el puente, peleo con los malos y llego con su novia, para después casarse con ella y gobernar la ciudad con sabiduría y justicia. Si realmente esa es nuestra historia seria de lo más aburrido, y obviamente las manos son lo de menos. Pero realmente, la historia que quisiéramos oír es ¿Quién es Juan, y por qué tiene que cruzar el puente? y ya sabiendo eso, ¿Porque no lo ha cruzado? ¿Que lo detiene? ¿A que le teme? ¿Qué tiene que superar para poder cruzar ese puente?
Si nuestro objetivo es plasmar al personaje en toda su gloria, debemos dominar su manera de pararse, su manera de mirar, de caminar, y por supuesto, el cómo se expresa con las manos.

El que las manos sean tan difíciles de dibujar, es porque son un cuerpo al que no estamos acostumbrados a mirar. Cuando miramos, abstraemos. Esto es para ahorrar memoria en nuestro “disco duro”. Es por eso que a la hora de dibujar un auto, dibujamos un cuadrado con dos círculos y todo mundo lo entiende, o el típico monito de palitos. “Mientras tenga cabeza, dos brazos y dos piernas ya es una persona.” Pero díganme ¿quien hace dedos a la hora de dibujar así? NADIE. Porque los dedos son detalles, y lo que nuestro cerebro trata de hacer es quedarse con lo general, no con lo particular.

Un dibujante, como mencioné antes, tiene que tener en su cabeza todo lo que observa, con lujo de detalle. Pero los dedos se mueven como un animal raro con tentáculos, lo peor es que esos tentáculos tienen huesos y músculos y siguen reglas de movimiento muy específico, pero a la vez increíblemente variables y difíciles de recordar.
Todos los días, antes de empezar a trabajar, un dibujante tiene que estudiar. Un día manos otro día rostros, otro día el cuerpo humano, otro día Ropa. Y siempre descubrirá algo nuevo, algo que se le había escapado antes. E invariablemente se emocionará. Pero esta costumbre no es sencilla. A la mayoría nos da terror enfrentarnos a esas extrañas y fascinantes manos.






Dicen que en la vida hay que atreverse a hacer esas cosas que sabemos que tenemos que hacer pero no hacemos ya sea por miedo o por falta de tiempo. Y es verdad. Mientras no nos atrevamos, el fantasma siempre va a estar ahí. Pero si nos atrevemos y cruzamos la línea, les aseguro que nos sorprenderemos con los resultados. La esencia de uno cambia al cruzar esa línea, y se genera el principio de otro camino que creíamos inexistente. Dibujen manos! Y que quede claro que no hablo de dibujo.
Hasta el próximo lunes.