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El deviant reciente

jueves, 3 de abril de 2008

LA VIDA EN LOS OBJETOS

Los objetos de una persona pueden contar historias maravillosas, esos jeans de batalla, esos tenis, la mochila de siempre, aquella libreta, tu celular.
Todo lo que posees cuenta cosas de ti, tus posesiones son un mar de información, mejores que cualquier programa de noticias o el periódico.

Pero los objetos son elitistas, hablan en clave, y solo los que saben observar entienden su mensaje. Si pudiéramos aprender ese código, todo sería más sencillo. Entenderíamos que cada persona es un universo y que sus distintas actitudes no tienen nada que ver con nosotros, sino con su historia personal, y su forma de lidiar con ella. Sin embargo, en estos días solo nos importamos nosotros mismos, lo demás pasan a segundo plano.
Otra vez preguntan que tienen que ver esta sarta de palabrerías con el dibujo, bueno, pues mucho, al dibujar contamos historias, y esas historias están enriquecidas por los objetos que las rodean. La relación del ser humano con los objetos lo ha perseguido toda su vida, y entre mas pasa el tiempo, más dependientes nos hacemos de los objetos que están alrededor, por lo tanto se vuelven parte de nuestra vida, parte de nuestra persona. Digamos que una extensión de nosotros.

Y esas extensiones adquieren rasgos característicos. Dos celulares, el mismo modelo, mismo color, idénticos pues, Después de dos meses con su dueño respectivo adquieren rasgos que aun colocando a los dos modelos juntos, cada dueño sabría cual es el suyo. A menos claro, que los dueños sean muy parecidos entre si, ahí habría un problema, también se parecerán los celulares. Hagan la prueba.
Cada libro, cada objeto llego a nuestras manos por alguna razón, y esa razón cuenta una historia para nosotros. Imaginen que universos tan complejos y llenos de vida podemos crear si comenzamos a observar a nuestro alrededor, en vez de ir como caballos con tapadera en los ojos sin ver nada más que el camino. Claro que van a haber personas que solo lean el comic y no presten atención a los detalles, pero si nos ponemos a pensar en ellos, y comenzamos a decirnos “no lo notaran”, es el comienzo del fin para la creatividad personal.
¿Es posible decir como es una persona, cuáles son sus manías, como ve la vida, con solo ver un objeto de su posesión? Por supuesto. Pero a la hora de crear un universo, el proceso es al revés. Idealmente ya tenemos a nuestros personajes desarrollados, sabemos cuáles son sus deseos, sus miedos, etc.… es a partir de su carácter que vamos materializando objetos y que su recamara se va formando y se va llenando de cosas. Muebles, que tipo de muebles compraría este personaje, ¿con que libros llenaría su biblioteca? ¿Qué le interesa? ¿Lee siquiera? ¿Es ordenado, obsesivo, o es un desastre en la limpieza?
Es lo que amo de hacer comics, la imaginación y el arte creativo se liberan de una manera deliciosa; al dibujar, comienzas a preguntarte cosas sobre esos seres que creaste y sobre ti mismo, sobre amigos, familiares, y de pronto, solo está la hoja y tú. No existe nada más. Entras en una especie de trance y de pronto te encuentras a ti mismo co-creando con el personaje que creaste.
Suena esquizofrénico, lo sé. Pero antes de juzgar sepan que está comprobado que neurológicamente, el dibujar activa y desactiva las mismas partes del cerebro que la meditación o el trance. ¿Cómo les quedo el ojo? jeje

Para poder contar historias hay que salir, hay que ver, hay que escuchar, respirar la vida que está a nuestro alrededor, dejar que toda esa energía entre en nuestros poros, volvernos cada objeto y cada persona, imaginar que es lo que ven y como lo ven, que sienten.
Un objeto es testigo de muchos eventos, discusiones, decepciones, alegrías y sufrimiento, y todo eso, se queda en el objeto. Observen y verán que es verdad. De los comiqueros, casi nadie gusta de hacer objetos, porque dicen que es aburrido. Es cuestión de saber sentir para demostrar que un objeto puede ser tan poético como cualquier otro personaje. O que la vida corriente y cotidiana está llena de magia y de historias maravillosas o trágicas que son dignas de contarse.






De verdad, abran los ojos, estén alertas y aprenderán el idioma críptico de los objetos, verán que sus historias se llenan de infinitas posibilidades y se vuelven más comprensibles, con mas sustancia y significado. Y repito, no solo me refiero a comics. ¡Hasta la próxima!